Sal

Especialistas en medicina aseguran que un exceso en el consumo de sal puede acarrearnos serios trastornos que van desde la hipertensión a enfermedades cardiovasculares, hipertensión, retención de líquidos o edema.

Teniendo en cuenta que tanto el sodio, como el yodo o el flúor los podemos encontrar de manera natural en casi todos los alimentos que ingerimos, queda claro que consumir sal de mesa es solo una cuestión de sabor. No es necesaria en absoluto y su consumo excesivo nos puede hacer enfermar. Hay quienes afirman que la comida sabe mejor sin sal, pero desprenderse de tan arraigada costumbre no es fácil. Si nos gusta su sabor, mejor utilizar la versión más pura: la sal del Himalaya.

Beneficios de la sal del Himalaya

• Se la llama “el oro blanco” y se la considera la sal más pura y libre de contaminantes que podamos encontrar en el mercado.
• Es originaria de Pakistán y se suele comercializar en forma de “cristal rosado” para que la podamos moler antes de consumirla.
• La sal que todos tenemos en casa y cuyo consumo deberíamos regular, esta tratada químicamente. Lo que hace es depurarse al máximo, para convertirla en clorudo sódico, dejando así de ser un nutriente. Con la sal refinada ocurre lo mismo que con el azúcar blanco. Lejos de aportarnos algún beneficio, lo que hace es inflamarnos, y alterar la función de muchos de nuestros órganos.

¿Dónde comprar sal del Himalaya?

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